sábado, 11 de agosto de 2012

Shell - Cotidianidad 4


La central de datos se alojaba en una oficina interior de la torre principal de la compañía.
Una miríada de conexiones llegaban desde todos los rincones, monitorizando permanentemente el estado de todas las operaciones en curso que la compañía tenía desplegadas en cualquier instante por todo el gigantesco orbe.
En una sala adyacente el consejo de dirección recibía un flujo constante de informes, los evaluaba, y dictaba los despachos con instrucciones para enviar allí donde fuera requerido.

 Señores por favor, si me prestan atención dijo el presidente acompañando su exhortación al silencio de un leve carraspeo. Gracias. Tienen en sus manos los informes recibidos del laboratorio respecto al último cargamento de material extraído del pozo 1.
Todos los miembros del consejo abrieron al unísono su respectiva copia del informe y ojearon rápidamente las cifras que se presentaban.
 Como verán prosiguió el presidente, los análisis indican que la calidad del material ha disminuido notablemente hizo una breve pausa mientras sus asesores asimilaban los datos, y prosiguió. Asimismo, el ingeniero Gordon nos informa que el volumen total extraído también mengua por debajo de los parámetros aceptables otra nueva pausa. En resumen señores, creo que ha llegado el momento de tomar la decisión de cesar cualquier actividad de extracción en el pozo 1 e iniciar las prospecciones en el pozo 2.
 Estoy de acuerdo dijo uno de los asesores.
 Ciertamente reafirmo otro más.
Uno a uno el resto de asesores fueron asintiendo con un gesto o verbalizando su conformidad con la decisión.
El presidente dirigió la mirada a su secretario.
 Señor secretario, empiece a tomar nota del siguiente despacho...
Repentinamente la puerta principal se abrió y el fragor de la actividad de la oficina irrumpió en la sala del consejo.
 ¡Señor presidente! apremió a viva voz el recién llegado técnico al tiempo que cerraba la puerta, y acercándose velozmente al presidente le extendió un papel. Lamento la interrupción dijo ya mas calmado. Ha llegado un informe de máxima prioridad.
 Déjeme ver y cogiendo el papel empezó a leer ávidamente el documento. Su ceño se frunció y levantando la vista del papel se dirigió al resto del consejo. Señores, este asunto tiene desde ahora preferencia absoluta.
Los miembros del consejo desplegaron un variopinto arcoíris expresivo en sus caras: Sorpresa, nerviosismo, interrogación, curiosidad, seriedad y circunspección.
Levantándose de su sillón solemnemente el presidente alzó la voz para decir:
— ¡Protocolo "vergüenza"! y señalando a uno de los consejeros siguió: ¡Ingeniería! Avisen a Gordon. Que suspenda todas las actividades de extracción inmediatamente.
El consejero señalado se levantó y salió rápidamente de la sala para enviar él mismo el despacho. El dedo del presidente fue señalando consejero a consejero dictando las instrucciones.
— ¡Motriz! cabeza al frente. ¡Visión! centrados en el cambio de luz a verde. Necesito que se sincronicen directamente con pie derecho e izquierdo.
Los consejeros salieron raudos portando los despachos. Toda la oficina bullía intensamente en un frenesí perfectamente coordinado.
 Y señores añadió finalmente el presidente. Desháganse de la última carga. No me importa cómo ni dónde. ¡Vamos!


[En el vehículo de al lado, esperando también el semáforo, la atractiva chica observaba con evidente expresión de asco como se deshacía del moco que acababa de sacarse de la nariz.]